viernes, 13 de julio de 2012

El matrimonio, futuro de la sociedad

Toda persona que ame el matrimonio debe preocuparse también por los matrimonios de los demás, incluso por los de aquellos que se dejan influir por lo que dicen las leyes y por la mentalidad común, pues toda persona buena no sólo se ocupa de hacer ella el bien sino que se ocupa de ayudar a los demás a que también hagan el bien. 
 
Por otra parte, como se sabe en una sociedad, los valores que transmiten las leyes nos influyen a todos, a nosotros mismos por firmes que sean nuestras convicciones, y a nuestros hijos con mayor razón aún. Y por ello no podemos ser indiferentes a la deriva del matrimonio en nuestra sociedad ni a la preocupación por poner los medios para recuperar en la conciencia colectiva la identificación de los rasgos esenciales del matrimonio y su aprecio.

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