martes, 26 de marzo de 2013

Diálogos en torno al amor humano 6



Muy estimado Juan Pedro:

Retomo con gusto nuestro diálogo epistolar. Te pido disculpas por el tiempo transcurrido sin intercambiar contigo estas reflexiones. En tu última carta me pedías aterrizar un poco más el tema del amor centrándonos en la dimensión corporal del amor humano, mencionabas al Beato Juan Pablo II, que trató este tema de forma abundante en sus catequesis, incluso puso en circulación la denominada: "teología del cuerpo". Hace poco en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma se publicó las actas de un congreso del 2011 con esa temática de fondo (La teologia del corpo di Giovanni Paolo II, Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, Roma, 2012).

El desarrollo de las ciencias, la creciente especialización de los conocimientos científicos, puede incidir en una concepción fragmentaria del hombre. Bien que se insista en la dimensión corporal o la dimensión espiritual, puede desatenderse una visión integral del hombre. Es un tema de gran interés actual, muchos ámbitos de la cultura muestran una mayor atención al cuerpo, unas veces reduciéndolo a una función estética, biológica, física o sólo sexual, perdiendo así su riqueza y plenitud en su relación a la persona.

No pensemos que hacen mal las ciencias al atenerse a su propio objeto de estudio y permanecer en sus límites metódicos. El error no está en ellas, sino en tomar sus concepciones como abarcantes de todo lo real, en este caso del hombre.

Me gustaría centrarme en algunas consideraciones sobre la corporalidad humana que nos serán útiles para afrontar el tema del amor humano, si bien, apenas, serán unas pinceladas.

La corriente fenomenológica ha contribuido a retomar esta reflexión, un tema un poco olvidado o reducido al examen mecanicista, después de la famosa división cartesiana de res cogitans y res extensae. También algunos autores de las llamadas "antropobiologías" estudian al hombre desde su estructura biológica. Es conocida la afirmación de Arnold Gehlen del hombre como un "animal inacabado", donde su estudio sobre la dotación biológica del hombre muestra la exigencia de la presencia de la razón, o esta especie sería inviable biológicamente. Leopoldo Prieto tiene un libro muy bueno para conocer este tema El hombre y el animal.

El hombre pertenece al mundo visible, pero no es un cuerpo entre otros cuerpos, precisamente su participación en el mundo la realiza a través de un cuerpo humano. Dentro de la fenomenología se distinguió entre Körper y Leib, que señala la distinción entre el cuerpo distinguido como objeto y el cuerpo como presencia subjetiva. Donde, el primero es la consideración propia de las ciencias y el segundo, la experiencia del cuerpo-vivido. De allí, el distinguir entre cuerpo y corporalidad. Muchos autores contemporáneos, cercanos a la fenomenología y al existencialismo, han contribuido en esta reflexión sobre la corporalidad. Sin ser exhaustivo, algunos de ellos son: Ortega y Gasset, Heidegger, Sartre, Marcel, Merleau-Ponty, Lévinas, Henry... este aporte ha permitido a la antropología la consideración de esta dimensión humana entendida como campo expresivo y de realización de la persona.

"La corporalidad indica la completa subjetividad humana bajo su aspecto de la realidad material", como lo explica Ramón Lucas Lucas en su libro Horizonte vertical. La noción de corporalidad, ese cuerpo-sujeto, no difiere en cuanto color, aspecto o componentes de otros cuerpos no humanos. Subraya, sobre todo, la exteriorización de algo esencialmente interno. El hombre es un cuerpo, sin reducirse a un mero cuerpo biológico, sino en ese cuerpo me experimento y experimento en la corporalidad del otro a un sujeto. No veo en él un cuerpo sino al hombre. El cuerpo manifiesta un espíritu que hace la unidad de la persona. Como dice Ortega: "tras el cuerpo está emboscada el alma". Así, la corporeidad es a la vez exterioridad e interioridad, en cuanto manifiesta el espíritu. En nuestra experiencia nos percatamos a una del hombre, no de un cuerpo y luego por una abstracción su espíritu, experimentamos su indivisible unidad. El cuerpo humano es expresión del ser. Ramón Lucas Lucas lo expresa con la imagen de un semáforo, el cuerpo nos da las señales de lo que ocurre dentro del hombre, ese dentro es co-presente, como se adivina en la expresión de las manos, la postura, el gesto, la mirada.

Permanece una cierta dificultad en admitir la definición del hombre como cuerpo y espíritu, ya que es difícil y arriesgado seccionar lo humano en cuerpo y espíritu, ver donde empieza uno y termina otro. Humberto Galimberdi, profesor italiano, llega a afirmar que utilizamos la palabra "psique" en cuanto ha sido forjada por la tradición, pero es una sola la forma como existe el hombre, un cuerpo en el mundo. Al tiempo, vemos que el hombre cumple acciones que nos remiten a facultades que no son sólo corporales como el conocimiento y el deseo a pesar de servirse de órganos materiales pero no reductibles a ellos. El problema estriba en una distinción propia de la metafísica. Cuerpo y espíritu permanecen como válidos si con ellos se designa una distinción real de dos principios que forman una realidad: el hombre. Si se consideran como res et res es un problema dar cuenta de su unidad. Nosotros nos encontramos con el hombre y en el conocemos dos principios de esa realidad-una: el hombre. Es la unión materia y forma de la metafísica clásica. La corporalidad, entendida como cuerpo-humano, es ya una materia informada por un alma espiritual.

Esto nos permite entender la dualidad de la composición del hombre. Esta unión no se da en abstracto, se da en la realidad concreta del hombre. Al hablar de la persona nos referimos a esa unidad de composición de cuerpo y espíritu. Esta unidad condiciona a todo el hombre. No se divide al hombre en una parte auténtica y otra inauténtica o transitoria, sino es una comprensión a partir de la realidad concreta de la persona. En una antropología dualista la unidad es un momento secundario en un proceso de composición, por lo tanto esta perspectiva no reconoce una realidad con una dualidad de principios que la conforman, sino dos cosas extrínsecas una a la otra por lo que no se da cuenta de su unidad, de allí su dualismo.
La experiencia cotidiana nos atestigua que lo que existe y actúa es el hombre en su unidad sustancial. Esto es importante ya que así se entiende la corporalidad como constitutiva de la persona humana. El cuerpo vale no por su estado sino por ser humano, no lo reducimos a mera materialidad.

A partir de esta consideración de la corporalidad humana surgen temas muy interesantes, la temporalidad-espacialidad del hombre, su ser-en-el-mundo, la moralidad del cuerpo, el amor humano como trataremos más adelante.

En cuanto a la teología, estimado Juan Pedro, es cierto que apunta al tema de la encarnación de Dios un verdadero escándalo para la razón, pero plena de implicaciones para una vivencia de la fe, encarnada en lo concreto. También nos porta a la consideración positiva o negativa del cuerpo dentro de una reflexión de teología moral, el valor de la liturgia, el cuidado del cuerpo, el valor del mundo y las cosas del mundo, el trabajo, la resurrección y del amor humano.

Quedo a la espera de tu respuesta,

Un saludo,
Gerardo.

domingo, 24 de marzo de 2013

María Álvarez de las Asturias explica cómo los cursos de orientación familiar del Instituto Coincidir, del que es directora, están ayudando a que muchas familias puedan superar sus dificultades en el matrimonio.


Las ocho frases que dijo tu padre y juraste no repetir a tus hijos

Son clichés heredados de nuestros padres, esas frases que un día nos aburrieron hasta la saciedad y prometimos no repetir a nuestros hijos, pero cuando nos ha llegado el momento de ser también papás han salido por nuestra boca con total naturalidad.

El centro Tisoc Coaching ha elaborado un listado de esos clichés en los que reincidimos al llegar a la edad adulta y abordar la paternidad. Porque como afirma Rafael Adame, responsable del curso Coaching para padres: “Cuando nos llega el momento de ejercer como padres solemos imitar lo que hicieron nuestros progenitores con nosotros mismos, incorporando algunas ideas que hemos aprendido por el camino. Sin embargo, existe la posibilidad de ver las cosas desde otra perspectiva, descubrir nuevas habilidades y adoptar estrategias que te permitan retomar la armonía en tu vida”, señala. He aquí los ocho comportamientos más habituales, que hemos copiado y reproducimos a nuestros hijos:

1. “Pide por esa boca, cariño mío”. El padre compra cualquier cosa que pida su hijo y accede a muchos caprichos para compensar su falta de disponibilidad. De esa manera, intenta limpiar su sentimiento de culpabilidad por no estar con sus hijos el tiempo que necesitan.

2. “El profesor le ha cogido manía”. Si ante cualquier dificultad que deban enfrentar sus hijos asume que la culpa siempre es de alguien o algo externo, no está fomentando en ellos el sentido de la responsabilidad.

3. “Niñeros digitales”. No da abasto. Tras una larga jornada de trabajo tiene más trabajo en casa esperando. Y es tentador dejarse llevar por la solución más cómoda: dejar que el televisor, el ordenador o la videoconsola se ocupen de entretener a nuestros hijos.

4. “Ellos ya saben que les quiero”. Es su padre, y todos damos por sentado que los padres quieren a sus hijos, pero: ¿se lo dice? Ellos, y usted también, necesitan que les digan que son queridos e importantes.

5. “Solo entiende el castigo”. El castigo es la vía más rápida y cómoda para que un niño o niña deje de hacer lo que no debe. Y puede funcionar si lo que quiere es que deje de comportarse mal… ¡Delante de uste¡ Pero al castigarle no está cambiando un hábito, simplemente delimita el ámbito donde se produce: cuando usted no está.

6. “Poli bueno, poli malo”. En el núcleo familiar deben vivirse unos valores y unas formas de hacer compartidos. La falta de unidad en los progenitores desorienta a pequeños y jóvenes. Puede haber discrepancias, es natural, pero los padres deben enseñar a sus hijos a gestionarlas de forma abierta y transparente.

7. “Me saca de mis casillas”. Los hijos, a medida que van creciendo, van desarrollando sus propios intereses y deseos y, afortunadamente, empiezan a defenderlos y reclamarlos. Si no los comparte o no le parecen adecuados, chillar y perder los nervios es la mejor manera de autorizar la violencia verbal. ¡No pida silencio a voces!

8. “Le entra por una oreja y le sale por otra”. No se esfuerce en articular largos discursos sobre buenos modales y buen comportamiento; no les interesan. Demuestre con su propio comportamiento lo que está bien y lo que no lo está, eso sí, tenga siempre preparado un buen argumento. El “porque lo digo yo” es difícil de entender hasta para usted ¿verdad?

sábado, 23 de marzo de 2013

Una lectura para la reflexión en Semana Santa: "La familia, clave para salir de la crisis"

La familia es un elemento clave para salir de la crisis en que España anda sumergida. Esta podría ser la conclusión resumida de la conferencia que pronunció Josep Miró i Ardèvol, presidente de e-Cristians, en la Fundación Valentín de Madariaga de Sevilla el pasado lunes, 18 de marzo.

Con el título ‘La familia al rescate de la Economía’, el también presidente de la Convenciónde Cristianos por Europa y miembro del Consejo Pontificio para los laicos desgranó una serie de argumentos que demuestran la influencia positiva que el capital social y el capital humano tienen sobre el incremento de la productividad y la reducción de los costes sociales y de transacción.

Dentro del ciclo de conferencias ‘Foro Ángel Herrera’, Miró i Ardèvol insistió en la suya en que los elementos clave para que un país funcione bien económicamente dependen en gran medida del correcto funcionamiento de la familia, que debe reunir unas condiciones óptimas para ejercer bien su rol de cohesión social.

Un bien intrínseco que no se debe obviar
El presidente de e-Cristians afirmó que “la familia es un bien intrínseco que no necesita justificación desde la razón instrumental” y añadió que “es un error de consecuencias muy graves obviar su papel decisivo en el desarrollo y bienestar de las personas, así como en todo el sistema social y económico”.

Explicó que, siendo factores clave del desarrollo económico y del sistema del bienestar la productividad, los costes de transacción y los costes sociales, la familia ejerce una influencia positiva en todos ellos digna de tener en cuenta.

Cabe recordar que el PIB per cápita depende a largo plazo de la productividad, y en ésta a su vez ejercen una influencia decisiva el capital humano y el capital social; que los costes de transacción intervienen en la determinación del precio final; y que los costes sociales son los causados por las disfunciones sociales y comportamientos individuales y colectivos que alteran el buen funcionamiento de la sociedad.

¿Cómo actúa la familia en el ámbito económico?
Dicho esto, cabe preguntarse cómo actúa la familia, en el ámbito económico. Miró i Ardèvol recordó en su conferencia que “la única institución capaz de generar por sí misma capital social y capital humano es la familia”. Y es precisamente a través del capital social y el capital humano que la familia actúa sobre la economía.

El capital humano tiene que ver directamente con los años de educación reglada, que dependen a su vez del rendimiento escolar. Y sobre este ejerce a su vez una influencia determinante el abandono escolar temprano y el fracaso escolar, que en el caso específico de España arroja las peores tasas de la Unión Europea, cerca del 30%. En el otro extremo, hay que significar la importancia que en este ámbito tiene el porcentaje de alumnos a niveles de excelencia.

En ese sentido, la excelencia educativa está íntimamente relacionada con las características de la familia: el capital social que supone y que guarda relación con el capital moral de la familia, el tiempo de dedicación a los hijos, las expectativas sobre los estudios, etc. En todo ello, es especialmente importante el papel de la madre.

Como también lo es la renta familiar disponible, el nivel cultural de los progenitores y la estabilidad locacional, es decir que la familia no esté constantemente cambiando de domicilio.
Por otra parte, el capital social depende en gran medida de que existan normas claras y compartidas en el seno de la familia. Que exista confianza y una red familiar de parentesco, estable, sólida y que funcione, recordó Miró i Ardèvol.

El modelo a evitar
El presidente de e-Cristians dibujó también un perfil de aquello que influye desde el ámbito familiar negativamente en la economía, especialmente en cuanto a “la pérdida de sentido del matrimonio”.
En este sentido, la ruptura matrimonial, la cohabitación y las familias monoparentales ejercen una influencia negativa para que la familia salga al rescate de la economía.

No hay que olvidar que estas situaciones conllevan crisis de parentesco, hijos fuera del matrimonio, pérdida del sentido de la maternidad y la paternidad, ruptura entre sexualidad y reproducción, incremento del número de abortos y aumento de las enfermedades de transmisión sexual, entre otras consecuencias.

Y que también tienen efectos perniciosos en cuestiones como el descenso de la natalidad, la feminización de la pobreza, el incremento de feminicidios, el aumento de ancianos que viven solos, el envejecimiento de la población o la quiebra de la Seguridad Social

Y el modelo óptimo
Al mismo tiempo, Miró i Ardèvol insistió en las condiciones óptimas de un modelo familiar que sí tenga una influencia positiva en la recuperación de la economía, como la capacidad de generar descendencia hasta alcanzar o superar incluso la tasa de reemplazo de 2,1 hijos por mujer, que actualmente en España está alrededor de 1,32.

Otra cuestión básica es la capacidad educadora de socialización positiva de los padres; que exista una confianza entre sus miembros generadora de externalidades positivas; que haya una concepción y normas compartidas y un modelo definido del ser humano realizado en el bien: es decir capital moral. Es cuestión fundamental el tiempo que los padres dedican a los hijos y las expectativas de futuro ante los estudios.

Por otra parte, la disponibilidad inmediata de la red de parentesco soluciona muchas situaciones de crisis o de carencia económica. Y, en este aspecto, la estabilidad del vínculo entre los padres es esencial. Como también lo es la solidaridad intergeneracional a través del tiempo, concluyó Miró i Ardèvol. 

martes, 19 de marzo de 2013

Lo que tus hijos no aprenderán en el cole

Ahora sabemos que todo eso es un cuento de los políticos de turno, con su varita mágica, y que los ciudadanos se han dejado embaucar, creyendo que el Estado sería capaz de convertir en realidad su derecho a vivir mejor con menos esfuerzo.

“Así se formaron al menos dos generaciones de europeos. En escuelas que en vez de formarlos para el esfuerzo y la responsabilidad los han formado para reclamar derechos e inculcado la fatal creencia de que el Estado benefactor se haría cargo de todo”, ha escrito Mauricio Rojas.

Por todo ello, hoy se hace más que necesario que nunca recordar las “Once reglas que tus hijos no aprenderán en el cole”, escritas por Charles Sykes pero que muchos atribuyen erróneamente a Bill Gates:

1. La vida no es justa. Acostúmbrate a ello.
2. Al mundo no le importa tu autoestima. El mundo esperará que logres algo, con independencia de que te sientas bien contigo mismo o no.
3. No ganarás 5.000 dólares al mes nada más salir del instituto, y no serás vicepresidente de compañía alguna, con coche a cargo de la empresa, hasta que hayas estudiado y trabajado mucho.
4. Si piensas que tu profesor es duro, verás cuando tengas jefe:éste sí que no tendrá vocación por la enseñanza ni grandes dosis de paciencia.
5. Dedicarse a preparar hamburguesas no te quita dignidad. Tus abuelos tenían una palabra diferente para describirlo: lo llamaban oportunidad.
6. Si metes la pata, no es culpa de tus padres, así que no lloriquees por tus errores; aprende de ellos.
7. Antes de que nacieras, tus padres no eran tan aburridos como ahora. Empezaron a serlo cuando empezaron a pagar tus cuentas, lavar tu ropa y escucharte hablar acerca de lo superguay que eres y lo carcas que son ellos. Así que, antes de emprender tu lucha por las selvas vírgenes contaminadas por la generación de tus padres, pon orden en tu propia vida, empezando por tu cuarto.
8. En la escuela puede haberse abolido la diferencia entre ganadores y perdedores, pero en la vida real no. En algunas escuelas ya no se repite y te dan las oportunidades que necesites para encontrar la respuesta correcta en un examen y sacar adelante la tarea. La diferencia con la vida real es total.
9. La vida no se divide en evaluaciones. No disfrutarás de largas vacaciones estivales en lugares remotos, y muy pocos jefes colaborarán a que te encuentres a ti mismo. Todo eso tendrás que hacerlo en tu tiempo libre.
10. La televisión no es la vida. En la vida cotidiana, la gente tiene que salir del café para ponerse a trabajar.
11. Sé amable con los nerds: es muy probable que termines trabajando para uno de ellos.

lunes, 11 de marzo de 2013

Merkel llama a empresas alemanas a promover conciliación de trabajo y familia

La canciller alemana, Angela Merkel, llamó hoy a las empresas alemanas a promover políticas para impulsar todavía más la conciliación de vida laboral y familiar.En su tradicional videomensaje de los sábados, la jefa del Gobierno alemán advirtió de que “el que quiera contar con los especialistas del futuro, deberá tener mayor consideración por el tema de la familia”.

Según Merkel, muchas compañías ya son perfectamente conscientes de esta necesidad y subrayó que sobre todo en el ámbito de las pequeñas y medianas empresas se pueden encontrar buenos ejemplos de “cómo se puede combinar de forma individual horario laboral con tiempo para la familia”.

“Lograr la conciliación de familia y trabajo es de interés común, tanto a nivel económico, para nosotros y para crear puestos de trabajo estables y sostenibles en el futuro, como para los niños y los padres”, subrayó.

Agregó que esta conciliación “no puede conseguirse únicamente con medidas legales, sino que exige además un cambio de mentalidad”.

La canciller señaló que evidentemente también el Gobierno debe actuar y aludió en este sentido a la inyección de 580 millones de euros adicionales a los 4.000 millones iniciales para poder ofrecer a partir del próximo 1 de agosto plazas en las guarderías públicas a todos los niños a partir del año.

Merkel aludió asimismo a la necesidad de conciliar la vida laboral y familiar de aquellos empleados que tienen a su cargo personas en situación de dependencia.

La canciller se refirió asimismo a otros “ejemplos destacados” para facilitar la conciliación de vida laboral y familiar, como el “home-office”, el trabajo desde casa, o el “job sharing”, cuando dos personas en régimen de media jornada realizan el trabajo que normalmente asume un sólo empleado a jornada completa.

La conciliación laboral y familiar será uno de los temas que la ministra alemana de la Familia, Kristina Schröder, tiene previsto abordar el próximo martes en Berlín con expertos, asociaciones y empresas en la primera cumbre sobre la familia, a la que también asistirá Merkel. 

sábado, 9 de marzo de 2013

Trastornos de Aprendizaje (T.A) ¿Qué son?

Seguro que en algún momento u otro todos hemos oído la palabra Trastorno de Aprendizaje. Quizás algunos padres ya en la escuela infantil, donde aparecen las primeras sospechas, han empezado ha escuchar frases como éstas: " es un poco lento", "debería mejorar su psicomotriticad", "se despista", "no está atento", "tiene problemas de lateralidad", ....

¿Qué son los Trastornos de aprendizaje?
El término Trastorno de Aprendizaje (T.A) es un término genérico que engloba toda una serie de trastornos que se manifiestan con dificultades en la lectura, escritura, razonamiento o habilidades matemáticas. Una condición para el diagnóstico de T.A es que éste no debe ser consecuencia de una deficiencia intelectual, sensorial o física. Es decir, los Trastornos de Aprendizaje no deben ser consecuencia directa de otros trastornos como retraso mental, enfermedades neurológicas, problemas sensoriales o trastornos emocionales.

Así en la práctica clínica, en la consulta pediátrica o en el despacho del psicólogo escolar nos encontramos con niños con un coeficiente intelectual normal, cuyas dificultades de aprendizaje no son fruto de un ambiente con desventajas socio-culturales ni de una enseñanza insuficiente o inapropiada.

Cuando un niño sufre un T.A , éste interfiere negativamente en su vida escolar ya que el T.A genera una discrepancia significativa entre su verdadero potencial y su rendimiento académico, repercutiendo en suautoestima, su autoconcepto académico y en las relaciones con sus compañeros, además de afectar a la dinámica familiar.

Clasificación de los T.A por la CIE-10, 1993 (Clasificación Internacional de Enfermedades):

Trastorno específico de la lectura.

Clasificación de los T.A por el DSM-IV, 1994 (Manual Estadístico de Trastornos Mentales):
  1. Trastorno de la lectura.
  2. Trastorno del cálculo.
  3. Trastorno de la escritura.
  4. Trastorno de Aprendizaje no especificado.
Así pues los T.A hacen referencia a déficits específicos y significativos del aprendizaje escolar con sus propios criterios diagnósticos.
  1. Trastorno específico de la ortografía.
  2. Trastorno específico del cálculo.
  3. Trastorno mixto del aprendizaje escolar.
  4. Otros trastornos del desarrollo del aprendizaje escolar.
  5. Trastorno del desarrollo del aprendizaje escolar sin especificación.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Día de la Familia, oportunidad de reflexionar sobre políticas familiares

Las decisiones que se toman en la familia, trascienden a la vida económica, social, política y cultural de un país. Así de importante es esta institución. “Uno de los cambios más significativos durante las últimas décadas a nivel mundial ha sido la incorporación de las mujeres al trabajo fuera del hogar, lo que ha modificado, sin duda, la dinámica social de la institución”, comenta la Maestra en Ciencias de la Familia, Lucia Cervantes, especialista de TAD (think· action · development).

“Esta inserción en el campo laboral no ha sido sencilla”, explica la especialista, “el desempeño de las tareas de procreación, cuidado del hogar y las responsabilidades familiares, hacen que las mujeres tengan una carga de trabajo familiar que muchas veces les impide incorporarse al campo laboral de manera plena, y en igualdad de circunstancias que los varones”.

La difícil tarea de conciliar la vida familiar y laboral no ha impedido que el número de mujeres que ayudan a los gastos del hogar se haya incrementado en los últimos años. De acuerdo con datos proporcionados por el INEGI, a propósito del Día Nacional de la Familia (primer domingo de marzo), en el último año, el porcentaje estimado de las jefas de familia consideradas económicamente activas es del 57.2% y el 87.7% de hogares mononucleares (uno sólo de los padres con sus hijos) es de jefatura femenina.

La incorporación de la mujer en la vida laboral, ya sea para ayudar a su pareja o como único proveedor de la familia, es tan notable e importante como el papel que desempeña al interior de su familia: “como mamás aportan tiempo, esfuerzo y dedicación al trabajo del hogar, una labor que se traduce en la educación de los hijos y el cuidado a los miembros del hogar.

Por ello es importante que los empleadores implementen Políticas Familiares que le permitan no sólo a la mujer, sino a ambos padres, pasar más tiempo con sus hijos, a través de programas que incluyan actividades familiares, horarios flexibles, guarderías empresariales, etc.; porque lejos de lo que se pudiera pensar, la vida laboral y familiar no son realidades separadas, son parte de la persona. Si se alimentan ambos espacios habrá repercusiones directas en la productividad, pero más aún en la sociedad”, enfatiza la Mtra. Legorreta Cervantes.

Alejandro Llano, "Claves para educar a la generación del yo"


http://matosas.typepad.com/educar_juntos/2010/03/alejandro-llano-claves-para-educar-a-la-generaci%C3%B3n-del-yo.html
Alejandro Llano, "Claves para educar a la generación del yo", NT, I.01

Los problemas con los que me voy a enfrentar en esta breve intervención se inscriben en el ámbito más amplio de la crisis de integración social que padecen los actuales países democráticos de nuestro entorno.

Junto a una cierta satisfacción con las libertades públicas y el progreso económico, experimentan estas sociedades fenómenos de disidencia, marginación, paro, violencia e, incluso, terrorismo, que provocan el generalizado sentimiento de que "algo no marcha". Y eso que no acaba de ir bien se manifiesta con especiales relieves en el campo de la educación de las generaciones jóvenes. Tiempo de efervescencia y descoordinación afectiva, la adolescencia constituye un tramo clave en la formación de la personalidad, no sólo porque en él tienen lugar fuertes traumas que condicionan a veces el curso de la vida, sino sobre todo por que es el momento en el que comienzan a despuntar los ideales que muchas veces impulsarán el resto de la existencia individual.

Se ha dicho, con razón, que una vida lograda es un ideal vislumbrado en la edad juvenil y realizado en la madurez. Todos los conocedores de la psicología evolutiva señalan la emergencia del yo, de la autoconciencia vital diferenciada, como uno de los fenómenos más característicos de la primera juventud . Al tiempo que consideran que el normal desarrollo de esta conciencia de la propia identidad desemboca en el descubrimiento de la alteridad, de la realidad de esos otros que también pueden decir "yo", así como de un entorno más amplio que el familiar o escolar: un ámbito que cabe denominar social y, en un sentido más estricto, ciudadano o cívico. Pues bien, la integración en ese territorio de más dilatados horizontes se ha problematizado de una manera nueva y sorprendente a partir del final de los años sesenta.
 
La conciencia del "yo" individual se ha exacerbado o, al menos, descompensado en toda una generación, a la que se ha denominado precisamente la me generation o "generación del yo". De la fiebre del sábado noche a la movida Pero la crisis histórica cuya fecha de partida convencional es mayo del 68 ha adquirido una importancia mucho mayor de la que habitualmente se le concede. Han desaparecido, en buena parte, los fenómenos más clamorosos de la revuelta estudiantil de aquellos años. Los jóvenes, se dice, ya no son revolucionarios: presentan más bien rasgos de conformismo acrítico y de consumismo desbocado. Pero sigue presente la resistencia a integrarse en un tipo de sociedad que ya no consideran como suya y también permanece el individualismo que les lleva a desconfiar de la presunta capacidad de acogida de una sociedad cuya dureza materialista les desagrada profundamente. Por eso, como ha dicho Lustiger, "los jóvenes acampan fuera de la ciudad". Si antes se entregaban a la "fiebre del sábado noche", hoy la "movida", que se prolonga hasta bien entrada la mañana, triunfa también en la noche del viernes y comienza a extenderse hasta el mismísimo jueves.

¿Por qué los jóvenes prefieren la noche tardía, la madrugada incluso? Quizá porque ése es un tiempo vacío, libre, no sometido a los convencionalismos de una sociedad aburguesada, con la que no se sienten identificados. Si acaban por integrarse en ella, a edad más tardía cada vez, lo harán en muchos casos sin grandes ilusiones, con planteamientos que seguirán siendo individualistas, y que raramente incluyen proyectos ambiciosos de tipo cultural, religioso o político. A mi juicio, ninguno de estos fenómenos es casual o pasajero.